El Cristal Oscuro: La Era de la Resistencia

Fuente de la Imagen: Netflix.

Un año más se está acabando y antes de que llegue el cierre de este 2019, debo hablar de algo que a nivel entretenimiento, me dejó con una gran satisfacción y con ganas de más; debo confesar que la siguiente etapa me causa incertidumbre, pero un paso a la vez, esperaré hasta mirar y decidir qué pasa con ello.

Por principio de cuentas, he de reafirmar que soy una fan de Jim Henson y su obra, para mayor prueba, pueden leer mi entrada sobre su película Laberinto en este mismo blog. Dicho esto, procedo a contarles brevemente, (y procuraré cumplirlo), mi impresión con la película que dio origen a esta serie original de Netflix.

Resulta que siendo hija única, viviendo con adultos y cero infantes alrededor, mi vida era jugar, dibujar/iluminar, leer (o medio leer en mis primeros años) y por supuesto mirar la televisión. Ya fueran los canales abiertos o películas rentadas en formato VHS. En el caso del El Cristal Encantado o mejor dicho, Oscuro, la vi por primera vez en uno de esos canales de televisión pública mexicana, no recuerdo si fue en Televisa o Tv Azteca, pero de que fue un hallazgo maravilloso, no hay duda alguna.

La historia, tal como lo insinúa el título, es muy dark. Por lo mismo, tal vez algunos padres y madres del nuevo milenio podrían decir que no es ni remotamente adecuada para sus retoños, pero en mi muy humilde opinión, creo que si tú la miras con ellos orientándolos adecuadamente, no tiene absolutamente nada de malo; y de hecho, como solía decir Henson, está bien que los niños sientan un poco de miedo de vez en cuando, porque la vida, como bien sabemos, no es perfecta ni llena de algodones de azúcar para amortiguar nuestros golpes y desilusiones. Además, con esto se darán cuenta de cuándo es un miedo imaginario y uno real, la sobreprotección no ayuda a nadie, eso sí que lo puedo asegurar.

En mi caso, gozaba de libertad para mirar este tipo de cintas y sí, también contaba con la guía y el apoyo de los adultos que me rodeaban. Desearía lo mismo para todos los niños de este planeta.

Skeksi & urRu (Mystic). Arte conceptual por Brian Froud. Fuentes de las imágenes: fireden.net y darkcrystal.com, respectivamente.

Pasando directo al punto, podemos decir que esta historia es básica en cuanto a la dicotomía que expone: la lucha del bien contra el mal; pero esta historia, va más allá del simple cuento . El abanico de aspectos e ideas que expone es mucho más variado y profundo: la espiritualidad, el respeto y la cercanía con la naturaleza, el abuso de poder basado en el conocimiento para dominar y manipular al otro, los opuestos complementarios, el camino del héroe, el sacrificio por un bien mayor, enfrentar los miedos y dar un salto de fe, etc.

Poster de la cinta original del año 1982. Fuente de la imagen: https://i0.wp.com/plexmx.info/wp-content/uploads/2019/08/dark_crystal_xlg.jpg?ssl=1

Esta aventura fílmica protagonizada por marionetas fue un viaje tan impactante para mí, que la imagen de los skeksis, literalmente los malos de la película; se quedó tan profundamente grabada en mi memoria, que cuando vi una figura antropomorfa con cabeza de ave (un cráneo, para ser exacta) en una de las fotos que venía en el librillo del álbum Into the Labyrinth de Dead Can Dance, la relacioné de inmediato con estos personajes. Detestables por donde se vean. La contraparte de los skeksis son los Místicos (urRu), seres parsimoniosos y pacíficos que fluyen y resuenan con la energía del universo, son guías, los sabios de la tierra del Cristal, definitivamente mis favoritos. Otro personaje importante es Aughra (además de los protagonistas: los gelflings: Kira y Jen)*, una hechicera muy anciana, vinculada de raíz al mundo mismo donde se desarrolla la historia, posee un conocimiento total sobre la batalla de Thra contra los skeksis y la corrupción que estos le provocaron al Cristal de la Verdad.

Kira, Jen y Fizzgig (The Dark Crystal. Henson/Oz, 1982). Fuente: moriareviwes.com

Esto último es lo que hila la película con la serie producida por la famosa cadena de streaming. La noticia sobre que iban a hacer la precuela de The Dark Crystal me hizo brincar de emoción y felicidad, pero después vinieron las dudas: ¿respetarán la esencia de la historia? ¿Lo harán con los personajes? ¿Va a ser una animación CGI o serán actores con prostéticos? ¿Se aventurarán a hacerlo con marionetas? ¿Los escenarios, las criaturas, la música, le harán justicia al imaginario de Jim Henson y Brian Froud? Eran muchas las dudas y por ende no pude evitar ver los primeros tres capítulos al hilo con tan sólo un día de atraso con respecto al estreno de la serie en la plataforma.

Procuré mantenerme abierta a todo, me enfoqué en mirar y disfrutar la experiencia de la historia que me presentaban, y la verdad es que no me decepcionaron en lo absoluto. Diez capítulos de aproximadamente una hora y yo quedé fascinada con todo. Es verdad que por momentos me fijo mucho en el aspecto de los títeres y que evidentemente están retocados con los programas de computadora, lo cual me distrae un poco, pero la historia está tan perfectamente estructurada que de inmediato se me olvidan esos detalles para sumergirme nuevamente y de lleno en la trama otra vez.

Deet y su familia (Dark Crystal: Age of Resistance. Netflix, 2019). Fuente de la imagen: spoilertime.com

La serie va más allá que la película, evidentemente; ahonda en el conflicto que se narra en esta última, aquí presentan a los gelflings como una civilización compleja y diversa; aunque los productores y creadores no quisieron que fueran un símil de los grupos humanos, no se puede evitar tener esto como referencia para poder conectar con estos seres y sus interacciones sociales y culturales; y coincido con lo que dijo una de ellas en el documental de la serie, The Crystal Calls: Making the Dark Crystal Age of Resistance**, es inevitable no descubrir las similitudes con nuestra vida contemporánea, poniendo sobre la mesa temas como la intolerancia y el rechazo al otro, a lo diferente, a lo desconocido, el alejamiento y la falta de respeto hacia la naturaleza, y la ceguera en la que podemos caer cuando alguien o algunos «con más conocimiento y poder» nos pueden decir cosas y creerlas, aceptarlas sin cuestionar, desembocando en el no enfrentamiento a la verdad y lo peor, terminar por omitirla con conocimiento y causa.

El director Louis Leterrier durante la filmación de la serie: El Cristal Oscuro: La era de la resistencia. Fuente de la imagen: L A Times
Brian, Toby y Wendy Froud. Fuente de la imagen: theoldreader.com

Los personajes son muy humanos, mantienen la esencia de Henson, yo me atrevo a decir que mi admirado Jim estaría muy feliz con el resultado, la mayor sorpresa fue que precisamente sus hijas están involucradas en el proyecto, igualmente el genio diseñador de las criaturas del film de 1982, Brian Froud, su esposa Wendy ¡¡¡y su hijo, Toby Froud!!! Sí, aquel bebé que co-protagonizó junto a Jennifer Connelly y David Bowie la ya citada y clásica Labyrinth (1986). Con todo esto, no cabe duda alguna de que el proyecto fue titánico, comprometido a respetar la historia original y sobre todo, quiero pensar que también como un homenaje a Jim, todo eso debemos agradecérselo al director de la serie: Louis Leterrier.

Este ciclo solar se me va de las manos con sus claroscuros, en algunas ocasiones con más oscuros que claros, pero si hay algo que me llegó a reconfortar y a inspirarme a no rendirme, a reflexionar sobre lo que estoy haciendo de mi vida y con este pedazo de planeta que me tocó habitar, eso fue esta serie, seguramente suene cursi y demasiado fanática, pero lo creo de verdad, el espíritu de Henson llena con toda su magia este proyecto y por ende, su legado es inmortal…

*Sin olvidar a los podlings, los landstriders, y Fizzgig, entre otras criaturas más. Recordemos que aquí sólo me refiero a los que intervienen en la cinta de 1982.

**Mírenlo por favor, para los neófitos en el tema, esto será un verdadero viaje al centro de todo, para los que somos fans, es un viaje mágico; vamos, una belleza que emociona y toca cada fibra del corazón. También lo encuentran en Netflix.

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